FILOSOFÍA LATINOAMERICANA

- Hacia el siglo XVIII en América Latina se podían distinguir dos grupos con intereses diferentes: el criollo formado por hijos de españoles nacidos en América y los españoles identificados y afincados en las nuevas tierras.

- En Argentina, el movimiento filosófico europeo comienza a generar el pensamiento de la posibilidad de revolución para crear una élite criolla. En Buenos Aires hay un movimiento progresista y en Córdova un movimiento tradicional. 

- Juan Bautista Alberdi, perteneciente a la primera generación de intelectuales argentinos, advierte la filosofía como propia y original. Se expresa en una serie de palabras simbólicas: progreso, libertad, igualdad, fraternidad. Progreso es equivalente a civilización.

- José Ingenieros, influenciado por el movimiento positivista de Comte, busca integrar ciencia y filosofía. 

- Toda filosofía da cuenta del contexto histórico-cultural del cual emerge. Así la pregunta por una filosofía latinoamericana, es concordante con la cultura latinoamericana. Juan Bautista Alberdi, es quien plantea la posibilidad y hasta la necesidad de una filosofía latinoamericana. Para él, no solo hay que independizarse de los conquistadores por las armas, sino también por las ideas. Toda época filosófica está vinculada a un proyecto de Nación.

- Gregorio Weinberg afirma la necesidad de un nuevo humanismo y por ello estudió la historia de la educación, de las ideas y de la ciencia. Para él el proceso cultural y educativo se podría periodizar en: 
- Cultura impuesta en la colonia sin tomar en cuenta la cultura propia.
- Cultura admitida o aceptada cuando ha comenzado cierta emancipación.
- Cultura criticada cuando se pone en tela de juicio una etapa anterior sin proponer un nuevo modelo que recupere las raíces.
Para éste pensador, una masa crítica es aquella generación de jóvenes que internaliza, interpreta y critica los aspectos éticos, políticos y culturales de su sociedad.

- Carlos Cullen orienta su pensamiento hacia la ética y la educación. Plantea la vigencia de lo público, frente a la crisis de los estados nacionales. La formación ética para la convivencia, el reconocimiento de los otros y la resignificación de la ciudadanía como incitadora de la democracia. Está influenciado por Levinas, filósofo hebreo francés contemporáneo que habla de la alteridad, es decir, reconocer al otro en cuanto otro. 

- Enrique Dussel, argentino radicado en México, es uno de los vértices relevantes de la filosofía de la liberación. Uno de sus tópicos es el otro de carne y hueso. El otro grita desde su corporalidad sufriente y su necesidad de justicia. El otro interpela desde su realidad empírica pobre, de marginado, de carente. La proposición que mueve a filosofar no es una sintaxis lógica de los lenguajes naturales sino el enunciado “existo, debo comer”. El otro, es el pobre, el dominado, la víctima, corporalidad que sufre la carencia de justicia. El sentido de la ética será la trasformación de lo dado a partir de una praxis liberadora. 

- Para Enrique Hernández lo que la filosofía debe hacer es buscar su legitimidad en la fidelidad a las prácticas sociales que busca expresar. La razón ha de tomar en cuenta a la justicia, de esta manera se vincula discurso y acción. Pretende recuperar los núcleos ético-míticos de la cultura para volver a los orígenes. - Finalmente, Rodolfo Kusch, desarrolla el concepto de cultura como lugar del estar, desde donde el mundo tiene sentido. El latinoamericano se caracteriza por estar y no obrar. El mestizo se guía por el lenguaje popular y folclórico, responde a la comprensión del carácter profundo de la vida, se organiza en base a la dimensión simbólica de la cultura, en la vida cotidiana.

LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

En Brasil comienzan los movimientos más fuertes del clamor de los pobres para liberarse. Era el deseo de recuperar la dignidad y vivir como verdaderos hijos de Dios. Así las CEBs o los Movimientos de los Sin Tierra.
Desde estas mismas personas nace el movimiento de liberación que reúne básicamente lo siguiente: 

1. La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica.
2. Eliminar la pobreza, la explotación, las faltas de oportunidades e injusticias de este mundo, puesto que Dios no desea eso para el ser humano.
3. Garantizar el acceso a la educación y la salud.
4. La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.
5. La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios y la pobreza es un pecado social.
6. No solamente hay pecadores, hay víctimas del pecado que necesitan justicia, restauración. Los derechos de los pobres los han robado los ricos.
7. Tomar conciencia de la lucha de clases optando siempre por los pobres.
8. Concienciación de las masas para transformar el sistema vigente. El ser humano ha de transformar su mundo desde las estructuras.
9. Crear un “hombre nuevo” como condición indispensable para asegurar el éxito de la transformación social. El hombre solidario y creativo motor de la actividad humana en contraposición a la mentalidad capitalista de especulación y espíritu de lucro.
10. La libre aceptación de la doctrina evangélica, es decir, primeramente procurar a la persona unas condiciones de vida dignas y posteriormente su adoctrinamiento evangélico si la persona quiere.