LOS ESCÉPTICOS: DUDA Y CONOCIMIENTO

El movimiento escéptico es otras de las corrientes del Helenismo que pretenden alcanzar la felicidad. Sin embargo, en este caso no se recurre a la conducta ética sino al análisis del conocimiento para determinar aquello de lo que se pueda estar seguro y que permita serenidad al alma.

ETAPAS DEL ESCEPTICISMO

Se considera que durante el Helenismo se sucedieron tres etapas:
1. Mantenida por el fundador Pirrón de Elis, quien al parecer no dejó ninguna obra escrita. Sus opiniones se conocen por su discípulo Timón de Flionte. (Etapa: 360 – 235 a.C.)
2. Representada por Enesidemo. (Etapa siglo I a.C.)
3. Representada por Sexto Empírico, su máximo exponente. (Etapa siglo III d.C)

De ninguno de los tres fundadores de la escuela se conoce mucho. Lo que ha quedado claro es que eran filósofos con una gran capacidad de diálogo y que su intención no era crear una escuela sino que su filosofía era una opción personal. Lo que los une es su preocupación por no afirmar de forma dogmática ninguna verdad y la necesidad de seguir investigando.

LA RELATIVIDAD DEL CONOCIMIENTO

El punto de partida del movimiento escéptico está relacionado con la forma de concebir el conocimiento. Al igual que para los estoicos y los epicuros, éste comienza en la experiencia. Sin embargo, como los sentidos pertenecen al sujeto solo captan lo que se manifiesta a ese sujeto. Dependiendo del estado del sujeto, las cosas pueden cambiar de apariencia. Por ello afirman que nos es imposible conocer la verdadera realidad de las cosas. Solo conocemos los fenómenos y no podemos ir más allá de ellos. Hay que mantener una postura de suspensión del juicio (epojé), ni afirmar, ni negar, sino seguir investigando. Esta epojé permite alcanzar la tranquilidad de ánimo al no adherirse a ninguna opinión cuya defensa crearía inquietud en el alma.

La suspensión del juicio no supone el caer en un estado de duda permanente, sino que se manifiesta como situación de vigilancia y de ejercicio crítico que permite aceptar otras opiniones, ser tolerante, tratar de fundamentar los conocimientos y buscar la verdad para juzgar libremente. Además esta suspensión afecta al conocimiento de las cosas materiales como a los conceptos morales. No se admite la existencia de algo bueno o malo en sí mismo. De los valores habría que afirmar que son para unos bienes y para otros males.

A pesar de esta forma de pensar, no se debe suspender la acción, en la vida ordinaria hay que seguir el sentido común, la opinión probable, la ley o la costumbre sabiendo que la verdad absoluta es inalcanzable. La radicalidad de esta corriente llagará con Sexto Empírico quien hace una crítica de todos los métodos, conceptos y proposiciones mantenidos por las antiguas escuelas.

ZENÓN DE ELEA

Este filósofo, discípulo de Parménides es considerado el precursor del escepticismo. Confundía al adversario por medio del diálogo para combatir a los filósofos de la naturaleza. Para Zenón, todos los elementos de la materia: espacio, tiempo, cambio en el tiempo, movimiento en el espacio, son incomprensibles y contradictorios.

Plantea esto por medio de tres paradojas (lo opuesto a lo que uno considera cierto), hoy llamadas falsídicas o sofismas, es decir, que no solo alcanzarán un resultado que aparenta ser falso, sino que además lo es. Las tres paradojas de Zenón son: la de Aquiles y la tortuga en la que Aquiles nunca alcanzará a la tortuga por que avanzará medias distancias hasta el infinito; la del lanzamiento de la piedra contra el árbol en la que nunca la piedra tocará el árbol por la misma razón; y la de la flecha que lanzada a un punto nunca lo alcanza, porque en realidad está inmóvil, debido a que el movimiento es imposible.