LA ESCOLÁSTICA MEDIEVAL

El término escolástica viene del latín schola, “escuela”. Inicialmente significaba el saber cultivado en las escuelas medievales y enseñado por un maestro. Luego sería la materia enseñada y el método para enseñarla. Así la filosofía escolástica no se refiere a una corriente de pensamiento, sino a la enseñanza practicada durante este tiempo especialmente en los monasterios. A pesar de la variedad de escolásticas en esta época, sus pensadores tienen en común el reconocimiento de dos tipos de conocimiento: el que proporciona la fe y el que se obtiene mediante el ejercicio de la razón y los sentidos. La pelea nace con la pregunta de hasta dónde es capaz de llegar ese conocimiento.

LA ESCOLÁSTICA CRISTIANA

Sus pensadores son especialmente teólogos: buscan filosofar de aquello que aceptan por la fe intentando conciliar fe y razón. Se podría decir que la intención fundamental es llevar al hombre a la verdad revelada, y por ello la mayoría comparte los mismos temas: Dios, su demostrabilidad, la distinción entre Ser y seres, el hombre, la naturaleza del entendimiento, etc. El método escolástico comprendía dos momentos bien diferenciados: la lectio, o exposición por parte del maestro y la disputatio, una especia de discusión en que se aducen argumentos a favor y en contra de una determinada tesis.

Se distinguen tres períodos:

En el período de formación aparece Juan Escoto Eriúgena para el que la filosofía es la búsqueda de Dios y por lo tanto no es muy diferente de la religión. También, en el siglo XI San Anselmo de Canterbury, célebre por su argumento sobre la existencia de Dio: todos los hombres, aún aquel que dice que no hay Dios, toman a Dios como un ser por encima del cual no se puede imaginar nada mayor, más perfecto. Luego tal ser existe al menos en nuestro pensamiento. Ahora bien, debe existir también en la realidad, porque, de no ser así, cabría imaginar otro ser mayor que el que hemos pensado (uno que existiera realmente) y entonces incurriríamos en contradicción puesto que ya no sería el más perfecto, pues le faltaría el existir real que es una perfección mayor que el no existir. Luego, debe existir en nuestro pensamiento y en la realidad. Y finalmente en el siglo XII Pedro Abelardo y Pedro Lombardo para quienes primero se piensa y luego se cree.

En el período de apogeo destaca Santo Tomás de Aquino quien sigue la línea aristotélica y la reacción antiaristotélica representada por los franciscanos. Destaca un pensador español llamado Ramón Llull quien puede catalogarse de “escolástico independiente”. Para él en todas las verdades de fe existe un fondo racional alcanzable por medios naturales y el arte es el camino hacia la utopía social.

Y en el período de crisis o decadencia, destaca el pensador británico Guillermo de Ockham quien favorece la autonomía de la filosofía y Juan Eckhart, dominico, que se refugia en la mística como respuesta a la excesiva carga de racionalismo de la teología.

LA ESCOLÁSTICA ÁRABE

La influencia del pensamiento de esta época en otras partes del mundo dio origen a formas de pensar diversas de acuerdo a nuevos credos y culturas. En Arabia el primer pensador es Alkinki que interpreta el intelecto agente como único para todos los hombres. También Alfabarí que coloca a Dios como ser necesario totalmente libre. La figura fundamental es Ibn Sina (Avicena) quien se apoya en la noción del ser y distingue jerarquías desde Dios hasta el mundo. Y junto a él Ibn Rushd (Averroes) quien distingue tres niveles de interpretación y conocimiento representados en la filosofía, la teología y la religión.

LA ESCOLÁSTICA JUDÍA

Los pensadores judíos se dedicaron a la interpretación de la Biblia y el Talmud. Destacan dos judío-españoles: Salomón Ibn Gabirol (Abengabirol o Avicebrón) que afirma que todos los seres con la sola excepción de Dios están compuestos de materia y forma y que existen 9 grados de orden en los seres; y Moisés Ben Maimón (Maimónides) quien compara la Biblia con la doctrina Aristotélica y concluye que ninguna de ellas puede ser demostrada.