HANNA ARENDT 

Nació en Hannover en 1906. Teórica de la política. Judía de origen alemán, había vivido dos acontecimientos en el desarrollo de su pensamiento y su carácter: El primero –el shock del pensamiento- es su contacto como estudiante con la filosofía de la existencia. El segundo, la consolidación del nazismo en Alemania, -el shock de la realidad-. En 1933 emigró de Alemania y se convirtió en una de tantas apátridas que se encontraron en París y que al estallar la Segunda Guerra Mundial buscaron lugares más seguros. Luego fue a Estados Unidos y obtuvo su nacionalidad norteamericana falleciendo en 1975 en Nueva York. Tuvo gran proximidad espiritual con otra pensadora judía llamada Simon Weil. 

PENSAMIENTO DE HANNA ARENDT 

Arendt retoma temas heideggerianos, pero transponiéndolos a un marco político. Ella mismo sostuvo que se alineaba bajo la bandera de quienes se esfuerzan por desmantelas la metafísica y pone en cuestión toda tradición filosófica guiada por la contemplación, tradición que olvida la significación filosófica de la interacción política en un mundo público. Le pareció significativo que la filosofía se dirija al hombre singular, mientras que la política solo puede ser concebida en pluralidad, y que las experiencias del filósofo ocurran en soledad en un mundo de relaciones humanas. En este sentido le pareció una salida a esta dificultad el concepto de Heidegger que define la existencia humana como ser-en-el-mundo. Las estructuras de la vida cotidiana resultarían incomprensibles si el hombre no era entendido como ligado a otros. 

LABOR, TRABAJO Y ACCIÓN 

Esta filósofa trata de identificar cuáles son las capacidades permanentes y fundamentales de la condición humana y encuentra tres, concernientes a la vida activa: 

Labor, es la actividad correlativa al ciclo biológico de la vida, como parte de la condición humana. Sus productos son los destinados a la propia supervivencia. Está inmersa en la naturaleza y no es fundamental y específicamente humana. De esta actividad no puede venir nada nuevo pues lo que produce está destinado al consumo y por lo tanto no da lugar a permanencia. Aunque muy empobrecedora como única actividad humana, es necesaria en toda otra actividad. 

Trabajo, es la edificación de un mundo no natural, levantado en contra de la naturaleza, la actividad que produce objetos puestos en el mundo para perdurar. Los objetos de uso son al mundo humano lo que los bienes de consumo son a la vida. El mundo –lo perdurable- permite la biografía de ese ser que es el hombre. El trabajo es un obrar gobernado por el objeto a producir. Desde el punto de vista de la naturaleza, el trabajo es violento pues impone un modelo. El homo faber es el hombre del dominio, el que impone su proyecto en lo natural. Este obrar hace que en la fabricación impere la idea de que el fin justifica los medios. 

La acción y la palabra corresponden a la acción humana de la pluralidad. Pluralidad significa igualdad y distinción. Palabra y acción son el modo de distinguirse, de revelarse quienes somos. Por la acción comenzamos algo nuevo en el mundo, un mundo que es más viejo que cada uno y que es amenazado, alterado por nuestros actos y palabras. La acción nunca es individual, necesita de los otros. En el actuar y el hablar los hombres revelan sus identidades personales. 

LA FILOSOFÍA POLÍTICA 

Arendt ha rehusado que su trabajo se llame de filosofía política, ya que cuando la filosofía se acerca a la política trata de representarse lo que es como si lo que sucede pudiera dominarse con el conocimiento. Arendt se define como teórica política y dice que la tradición es la que selecciona, nombra y da su valor. La tradición cumple la tarea de transmisión, pero si se rompe la continuidad, la brecha hace que no quede ni pasado ni presente solo un eterno cambio de mundo y el ciclo biológico de los seres vivos. El que vive entre el pasado y el futuro es el hombre pues el tiempo se fractura donde él está, pero si se rompe la tradición, el pasado no esclarece el porvenir, y el espíritu humano camina en la oscuridad. El pensamiento político de Arendt asume la brecha entre el pasado y el futuro, sin la guía de la tradición pero con la necesaria lectura del acontecimiento (por ejemplo, el holocausto). El acontecimiento aclara lo anterior, no lo posterior. En el acontecimiento lo que está en juego es la libertad, como espontaneidad, novedad, milagro. El pensamiento nace de los acontecimientos de lo vivido. Hanna piensa en tomar el pasado como pasado y no desde el presente, para así abrir el pasado y decir aquello para lo cual todavía no se tiene oídos. Esta sería la forma de acercarse a lo político, pues la tradición se ha debilitado. 

MINORÍAS, APÁTRIDAS Y DERECHOS DEL HOMBRE
 
Sus análisis muestran que después de la I Guerra mundial no se podía solucionar la cuestión de las minorías, ni hacer frente a la aparición de los apátridas. Los tratados de paz posteriores a la guerra crean a las minorías y a los refugiados. Solo las personas del mismo origen nacional podías disfrutar de la protección de las Instituciones y de la ley. Las minorías eran los alemanes, los judíos, los armenios. Estas personas no tienen otra posibilidad que transgredir las leyes para poder vivir. Los Estados comienzan a crear campos de concentración y desnaturalización. La desnacionalización y expulsión es el medio utilizado para afrontar este hecho, y los derechos del hombre se convierten en un idealismo absurdo o hipocresía. Arendt critica que estos derechos no fueron aplicados al hombre en cuanto hombre. Los apátridas han perdido un lugar en el mundo. Esta situación obliga a tomar conciencia del derecho a tener derechos, a pertenecer a una comunidad donde las opiniones cuenten y las acciones sean posibles. Pero estos derechos no deben surgir como en el siglo XVIII, ya que el iusnaturalismo hace derivar en los derechos de la naturaleza y los derechos deben concebirse desde la pluralidad humana.